Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.La oración a la Sangre de Cristo por un enfermo puede ser una aparejo de esperanza y consuelo en momentos de enfermedad. Nos permite conectarnos con lo divino y confiar en que la intervención de Jesús puede